Más corto, más largo, las paradojas del consumo cultural en la era digital
Volviendo en tren a Madrid el Día de Reyes (un viaje de 4 horas), el tiempo se me pasó volando mientras revisaba el borrador de un proyecto y escuchaba el nuevo disco de Bad Bunny, que dura exactamente 1 hora y 2 minutos. Al repasar la duración de sus 17 temas, encontré de todo: desde canciones de 6 minutos hasta otras de apenas pasaban los 2. Aunque el promedio sea de 3:39 minutos, no pude evitar preguntarme si estaba por encima o por debajo de la media actual en la música.
La canción promedio en Spotify en 2020 estaba en 3:17 minutos, solo 2 segundos más que las canciones de 1930, según los científicos de la UCLA, quienes descubrieron una tendencia de acortar las longitudes de las canciones a partir de 1990. El profesor de musicología en el Berklee College of Music, Joe Bennett, sí que ha establecido una relación entre las longitudes de las canciones y los cambios tecnológicos y culturales desde 1994.
La tecnología ha influido en la distribución de las obras artísticas, como es el caso de la música. Durante años los CD impusieron un estándar de duración de 74 minutos, un salto significativo frente a los 30 minutos máximo por cada cara que permitía el formato de vinilo LP. Este límite físico definió cómo se concebían los álbumes durante décadas, pero esas restricciones ya no existen. Las plataformas de streaming han redefinido las tendencias de consumo musical, desplazando el protagonismo de los discos completos hacia las playlists. Un cambio que responde a los nuevos hábitos de los oyentes quienes prefieren, por norma general, experiencias curadas y fragmentadas, dejando atrás la escucha lineal de un álbum de principio a fin. Aunque volviendo al caso de Bad Bunny, todas las canciones están copado en su primera semana los tops globales en Spotify, Apple Music, Amazon Music,...) e impulsan la escucha de otros temas anteriores.
Sin embargo, no solo la tecnología ha un factor en la distribución. En los servicios de música como Spotify, los artistas perciben remuneraciones siempre que un oyente permanece escuchando durante al menos 30 segundos y puede ser esto un factor por que se estén produciendo canciones con intros más cortos y hooks de participación instantánea, para que puedan asegurar que los oyentes no saltan al siguiente.
Detrás de esto también existe un componente: la conexión entre la atención y el tiempo, una idea arraigada explorada durante décadas por científicos y filósofos sobre todo ligada a la publicidad. Esta relación sigue siendo relevante hoy en día, especialmente en el contexto de cómo consumimos música. Los profesores de UCLA anteriormente citados especulan que la capacidad de atención de los oyentes ha disminuido con los años, influenciada por la amplia disponibilidad de otras formas de entretenimiento: “con los usuarios saltando más tracks en sus servicios de streaming, los algoritmos subyacentes podrían, en cambio, promover canciones más cortas que se escuchan en su totalidad para mantener a su audiencia comprometida, recomendándolas a más oyentes y, por lo tanto, sentando un precedente de lo que constituye una canción exitosa” (Gangiredla, Moghaddas, Soman, Nguyen, Jamal, 2020).
Fiándonos de esta premisa y de la atribución a una cierta “TikTokización” de las canciones surge otra pregunta: ¿la música es el único objeto cultural que está acortándose?
Desde sus inicios el cine ha estado influenciado por las limitaciones tecnológicas y económicas (mudo, sonoro, color,…). Hasta la década de 1990, un largometraje en promedio duraba entre 90 y 120 minutos, porque el cine era una actividad de ocio cara y los propietarios de los cines calculaban sus ganancias en la cantidad de veces que se podía mostrar una película en un día, entre 5 y 6. Aunque siempre hubo excepciones. El impacto del COVID-19 en 2020 marcó un punto de inflexión para la industria cinematográfica. Afortunadamente, en 2023 se produjo una notable recuperación, con una taquilla global cercana a los 34.000 millones de dólares. Este resurgimiento fue impulsado por éxitos como Barbie (114 minutos), Super Mario Bros: La película (92 minutos) y Oppenheimer (180 minutos). En paralelo, el número de usuarios de servicios de vídeo bajo demanda (VOD) ha continuado creciendo desde la pandemia, alcanzando aproximadamente 3.000 millones de personas en el mismo año, evidenciando un cambio en los hábitos de consumo hacia las plataformas digitales. En este sistema de distribución no hay límite ni por tecnología ni por economía, ya que los modelos de suscripción incluyen casi siempre acceso a todo el catálogo. Un ejemplo “Napoleón” de Ridley Scott disponible en Apple TV dura 204 minutos y posteriormente está la versión “Director’s cut” con 48 minutos adicionales.
Otras obras que han variado su duración han sido las series de televisión. En principio, estaba determinada por su emisión en bloques horarios durante la programación, con una media de 30 minutos o múltiplos de esta cifra en temporadas de hasta 22 episodios. En la actualidad los episodios de series en streaming tienden a ser de 6, 8 o 10 episodios en una temporada, pueden ser tan largos (o cortos) como sea necesario. Por ejemplo en 1972, la primera temporada de la comedia MASH tuvo 24 episodios; 50 años más tarde en 2022, la comedia The Bear solo tuvo 8 episodios en su primera temporada.
El mundo editorial también ha sido profundamente transformado por la tecnología. Durante siglos, los libros físicos fueron el único formato disponible y su tamaño y diseño se ajustaban a restricciones logísticas por costes de impresión, distribución y almacenamiento. La llegada del libro de bolsillo en el siglo XX democratizó la lectura, haciendo los libros más accesibles en precio y formato y en el siglo XXI con el surgimiento de los libros electrónicos (e-books) y las plataformas de lectura digital se ha redefinido la forma en que accedemos y consumimos literatura porque ahora es posible comprar cientos de libros en dispositivos a un precio menor o mejor, acceder sin límites a bibliotecas virtuales mediante suscripciones.
Y como el excel no deja dudas, a partir de los datos publicados y revisando la duración media desde la década de 1950 a 2020, se comprueba que es cierto esto de que las canciones son la única obra cultural que ha ido acortando su duración. De hecho las películas, series y libros han mantenido una tendencia paulatina al alza.
La cuestión de la duración ideal también ha sido ampliamente debatida en formatos que nacieron sin restricciones tecnológicas como los podcasts. En 2021 el vicepresidente de Relaciones con Podcasters de Libsyn, Rob Walch, analizó los programas más populares en el Top 200 de Apple Podcasts, y sus hallazgos destacaron la diversidad en las duraciones de los episodios:
- El 8% de los podcasts tenía una duración promedio de 22 minutos o menos.
- El 78% registraba una duración promedio de 40 minutos o más.
- Un 5,5% incluso alcanzaba duraciones promedio de dos horas o más.
Aproximadamente la mitad de los episodios analizados superaban la hora de duración, mientras que la otra mitad se quedaba por debajo de ese umbral. Estos datos refuerzan la idea de que no existe una “duración ideal” para los episodios de podcast.
A partir de esta reflexión, he revisado las duraciones de canciones, películas, series, libros de ficción y podcasts más populares durante 2023 y 2024. En general, los tiempos muestran una tendencia en 2024 a la reducción en comparación con los datos históricos, salvo en el caso de la música y los libros de ficción.
Por ejemplo, las canciones que estaban acortándose han incrementado su duración promedio en 8 segundos, una ligera pero significativa desviación de la tendencia general. Por otro lado, los libros muestran patrones mixtos según la región. En Estados Unidos, las páginas promedio han aumentado, mientras que en España se observa una disminución: en 2024, el promedio es de 448 páginas (con tres libros alcanzando exactamente esta cifra), frente a las 551 páginas promedio del año anterior, 2023.
No se puede determinar una duración ideal de cualquier obra artística, aunque parece depender menos de estándares universales o tecnológicos y más de cómo los creadores conectan con su audiencia en un mundo donde el tiempo sigue siendo valioso.
Para profundizar en este tema
- Análisis de tendencias de Spotify — Estudio UCLA Por Deepthi Gangiredla, Deana Moghaddas, Ovie Soman, Trina Nguyen, Zoeb Jamal
- The longest-running TV series in every category — from soaps to sitcoms
- Pop songs are getting shorter in the era of streaming and TikTok
Fuentes de los datos
- Are movies actually getting longer?
- Episode length variations
- This is an art form — and we’re losing it’: is the music video dying?
- Spotify Wrapped 2023
- The Top Songs, Artists, Podcasts, and Listening Trends of 2023 Revealed
- Barnes and Noble best sellers The New York Times 2024 y 2023
- Podcast 2024 https://podnews.net/press-release/spotify-top-shows-2024 y 2023 https://newsroom.spotify.com/2023-11-29/top-songs-artists-podcasts-albums-trends-2023/
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