¿Quién paga la fiesta del lujo de escuchar cada vez más música en Internet?
Está siendo imposible. Hace una semana Lana Del Rey lanzaba su sexto disco, Norman Fucking Rockwell! y desde entonces intento comprarlo en formato vinilo por todo el centro de Madrid y no he tenido éxito. Aún.
Parece que la fiebre por el vinilo ya no es una anécdota. Por primera vez desde 1986, los discos de vinilo pueden superar a la venta de música en CD y aunque en España no llega a este punto, también se observa el aumento en las ventas físicas de este formato.
Durante el primer semestre de 2019 los ingresos de la música han generado 140,7 millones de euros, creciendo un 27% respecto a 2018 y principalmente por el boom de streaming, según Promusicae.
En digital, por suscripción y de pago, así se escucha la música grabada en España
Los ingresos de este 2019 han aumentado un 31% respecto al año anterior. Desde 2015 el modelo de escucha a través de servicios de música en streaming ha ido consolidándose y ya supone el 76,8% de los ingresos para la industria española. La forma de pago por suscripción es la más rentable y la que más crece (41%), al igual que los ingresos por el acceso gratuito a cambio de la inclusión de publicidad (24%) y vídeo musical con publicidad (14%).
Las tácticas de las diferentes plataformas está siendo dispar: mientras Spotify, que tiene más de 10 millones de usuarios según comScore en España, mantiene su apuesta para captar y ampliar usuarios premium ampliando su servicio gratuito a tres meses suponiendo un menor ingreso promedio por usuario, Apple Music impulsa el acceso a su plataforma desde otros dispositivos como Alexa y navegadores web o YouTube Music, después de un año de desembarcar en España, se centra en ampliar y mejorar sus contenidos para ajustarlos a los de sus competidores para la captación de usuarios.
Analógico, sin nostalgia y coleccionismo, el regreso del LP y CD
El mayor incremento porcentual en la venta de música este 2019 lo ha registrado el vinilo con un 53%. Y esto se traduce en que este “nicho o moda” representa ya la cuarta parte del mercado físico y durante el primer semestre de este año los melómanos nos hemos gastado casi 8 millones.
Según Promusicae el CD que estaba “inmerso en un retroceso que no parecía tocar suelo, rebota por primera vez desde 2014. Los españoles destinaron 24,1 millones a comprar discos compactos entre el 1 de enero y el 30 de junio, un 9,7% más que en la temporada anterior. Las ventas de ese periodo en 2018 fueron de 22,03 millones”.
Can buy my love?
El hecho es que los amantes de la música a través de Internet cada vez consumimos más tiempo (unos 151 minutos de media al día, MusicBiz, 2019), en más dispositivos (móviles, smart speakers, coches conectados) y más dinero en este tipo de contenidos pero a pesar de estos datos tan positivos, persiste el miedo a la inflación del sector.
El streaming está representando el mayor volumen de los ingresos. Como consumidores nos parece justo pagar 10 euros al mes para acceder a 35 millones de canciones, aunque las plataformas tienen que hacer numeroso cálculos, porque por ejemplo en Spotify solo pagan 100 millones de los 232 usuarios mundiales y como hemos visto, los planes familiares, las cuentas de prueba y demás hacen que estos ingresos puedan variar.
Y luego está la brecha entre las reproducciones y el pago a los músicos, unos de los temas más candentes del sector, incluso para los grandes artistas. Según los datos publicados por Digital Music News por David Crosby basado en sus propias ganancias, los pagos por royalties estarían así por cada plataforma:
- Apple Music -> $ 0.00735.
- Google Play Music -> $ 0.00676 por stream.
- Deezer -> $ 0.0064.
- Spotify -> $ 0.00437.
- Amazon -> $ 0.00402 .
- YouTube -> $ 0.00069 por stream.
- Pandora, con la tasa más baja: $ 0.00133 por reproducción.
Lo curioso es que si esto fuese cierto, David Crosby por tener un millón de reproducciones en cada plataforma debería haber recibido 62,420 dólares y no los 5 dólares que recibió, según publicó en agosto de 2018. Pero en la práctica esto no sucede y se hace más complejo, apareciendo otro tipo de fórmulas como los “royalties mecánicos”, cláusulas de “composición controlada” y un largo etc. por los que los compositores pueden llegar a cobrar hasta un 75% menos de lo que les corresponde. Glenn Peoples lo explica claramenteen How Much Does Song Length Matter for Artists’ Revenue?.
La forma de plantear soluciones está siendo diferente también según la visión de cada plataforma. Tim Inghmam en Rolling Stone apunta a dos visiones diferentes: mientras que Apple propone una forma simple de recompensar a los compositores mediante un pago fijo: $ 0.00091 para los escritores y / o sus editores por cada transmisión de más de 30 segundos, el lobby formado por el resto de plataformas no quieren ni oir nada sobre costes fijos. Así, Spotify, Amazon, Google y SiriusXM / Pandora siguen con sus batallas de apelaciones judiciales en Estados Unidos por los derechos de autor por el que se deberá de pagar o el 15.1% de un servicio de transmisión ingresos totales o el 26.2% de los “Costos de contenido total (TCC)”.
Las otras incógnitas de la música en Internet
Al margen del dinero, y hablar solo de eso es una absoluta vulgaridad, la música en Internet tiene muchos retos y cuestiones que ir reajustando y estas son las que ahora mismo me inquietan:
- Las plataformas de música no compiten, por ahora, por el catálogo (como sí sucede en las de contenido audiovisual). Podría decirse que el catálogo musical no es un reclamo, las canciones más actuales son las que generan ingresos y están en todos los servicios. Esta falta de exclusividad produce una devaluación del contenido en sí, y por ejemplo, en el mundo del streaming y de los plays, las Spice Girls tienen más valor que The Beatles.
- Creación de paquetes de contenido, es el caso de Amazon, que incluye en Prime los servicios de acceso a series y película en vídeo y música (aunque sea un fondo muy limitado) para Alexa. Esta fórmula puede ser el primer paso a otras fórmulas de acceso o exclusividad, como la producción de contenidos exclusivos por plataforma, más enfocados en lo audiovisual. Aquí Apple Music está realizando importantes producciones a través de Beats 1 en vídeo para su plataforma y Apple TV.
- Creatividad Post-Disco. Decimos al principio que hay un repunte del CD y el vinilo y hace cinco años los artistas todavía querían grabar discos enteros. Sin embargo, ahora los artistas de la era del streaming no quieren estar limitados por el formato del disco, sino que quieren lanzar nuevos tracks de forma periódica para así mantener a sus fans cautivos por más tiempo. El disco sigue siendo importante para los artistas más establecidos, para la justificación de las giras, pero su importancia ha disminuido para la nueva generación de artistas. Las discográficas deben encontrar la forma de acelerar su adaptación a la nueva economía post-disco, en la que los márgenes de ganancia originados por fuentes fragmentadas se reducen, a pesar de que la cantidad de la inversión necesaria se mantiene en cuanto a marketing y desarrollo de artistas.
- La base de fans para la creación de experiencias digitales totales. Muchos están considerando la música más allá de algoritmo, del formato o del acceso y desde un punto de vista más cultural y social es interesantísimo. Japón y China han sabido poner al fan en el centro y se les están ofreciendo servicios y contenidos digitales únicos como directos en vídeo, integraciones en juegos, desarrollo de aplicaciones propias, pases VIP virtuales, karaokes, etc. y plataformas como Tencent ya son un imperio musical.